Quema de pozo o 'tacho'

Luego de trabajar mucho con reducción a través de la técnica Raku, me empecé a interesar en la reducción de lo que se conoce como "quema de pozo” (muchos colegas, la utilizan incluso para bizcochar sus piezas), tuve la oportunidad de participar de algunas y me maravilló tanto su resultado como el proceso de la quema en sí.

Pozo

Cargando el Pozo

Comienzo de la quema

Quemando

El problema que esta técnica tenía para mí era que al vivir y trabajar en plena ciudad no contaba con la posibilidad de hacer un pozo en la tierra.

Durante un curso de alta temperatura que dictó en mi taller, el profesor Yehuda Koren, muy generoso por cierto, resolvió el problema. Me enseñó a realizar la “Quema de Tacho” que, para los efectos que yo deseaba lograr, resultaba tan eficiente como la de “Pozo”.

Es una técnica muy sencilla de realizar. No olvidemos que se trata en este caso de un tratamiento de superficie ya que trabajaremos con las piezas previamente bizcochadas.

La intención es lograr reducción con sales metálicas u óxidos sin utilizar esmalte, obteniendo superficies rústicas pero a la vez muy coloridas en rojos, naranjas, grises y negros.

Una vez que se secan las piezas modeladas o torneadas, se cuecen; el bizcocho debe ser bajo entre 950 ° y 1000º para que luego obtengan buena absorción de las sales.

Las piezas bizcochadas se sumergen en soluciones de Sulfato de Hierro, Sulfato de Cobre y Borato de Sodio (Bórax) y una vez retiradas del recipiente, se dejan secar. Esto es fundamental ya que de haber humedad se mojaría la leña y la viruta de madera o aserrín utilizado, estropeando la horneada.

En caso de desear sólo blancos y negros para nuestras piezas se las quemará de la misma forma pero sin sumergirlas en la solución mencionada. El bizcocho cerámico se colocará directamente en el tacho con la viruta de madera y leña, teniendo la precaución de no colocar otras piezas sumergidas en sulfatos ya que éstas contaminarán a las otras por acción de la atmósfera producida durante la quema.

Tacho o tambor
Carga de aserrín

Para evitar ese problema generalmente trabajo con dos tachos a la vez, uno para piezas con sales y otro para lograr los blancos y negros.

Como horno se utiliza un tacho o tambor al cual se le ha cortado una de las puntas que hará de tapa. Se le hacen agujeros en la parte inferior para la circulación del aire y para prenderlo (también se pueden realizar pequeños agujeros en toda la superficie del tacho).

Para cargarlo, se coloca aserrín o viruta de madera hasta una altura que supere los agujeros efectuados, luego se intercala leña chica y blanda con las piezas y viruta de madera o aserrín, nuevamente viruta mezclada con bórax; luego leña, piezas y así hasta terminar. Se cubre el espacio restante con leña y viruta de madera y se prende por arriba y por abajo. Para lograrlo se pueden colocar en cada agujero mechas de tela o papel mojadas en alcohol, si se dispone de algún quemador se puede encender con ayuda de éste.

Durante la quema, que se extenderá hasta que cese el fuego, se pueden colocar trapos mojados alrededor de la tapa para evitar un excesivo humeado, siempre pensando en el ámbito urbano ya que si estamos en un lugar muy abierto o en el campo, el humo no molestará a nadie.

Una vez terminada la quema se sacan las piezas y se lavan.

Prendiendo el tacho Tacho ahumando Tacho cubierto con paños
 

Se pueden observar algunos resultados en galería, en obras como “ni blanca, ni negra, ni gris” y en “Nacer, morir. Elegir”

Es una técnica muy sencilla, rápida y especial para aquellos que como a mí les gusta el fuego, las llamas y las sorpresas; espero que esta forma de realizar la quema ayude a otros ceramistas urbanos a atreverse y probarla.

 
 
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